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lunes, 18 de enero de 2010

Cómo vivir con diabetes


La diabetes es una enfermedad ocasionada por la incapacidad del organismo para generar insulina o utilizarla correctamente. El páncreas produce esta hormona para regular el uso de la glucosa (azúcar) en el organismo. Por esta razón la insulina es vital para que el proceso metabólico se lleve a cabo correctamente; es decir, que el azúcar, el almidón y otros alimentos sean transformados en la energía que necesitamos para nuestra vida diaria. Las formas más comunes de diabetes son la diabetes tipo I y la diabetes tipo II.

Diabetes y la comida.

En la actualidad, los enfermos con diabetes no tienen mayores problemas siempre y cuando aprendan a tener un hábito alimenticio sano y saludable que le permita mantener estable su producción de insulina.

La comida es un factor muy importante para lograr este fin, por lo que se les sugiere las siguientes recomendaciones:

Coma cinco veces al día en cantidades moderadas y especialmente frutas, pues éstas tienen una azúcar llamada fructuosa que no necesita de la insulina para metabolizarse.

Recuerde no comer grasas y excesos de carbohidratos, pues ellos se convierten en glucosa y requerirán de una mayor producción de insulina para poder ser digeridos.

Ejercicios.

Las personas que sufren de diabetes deben realizar mucho ejercicio. No necesita practicar deporte de alto impacto, una caminata es ideal para mantenerse en forma, pero eso sí debe ser constante, diario y no esporádico.

En la escuela y el trabajo.

La diabetes está generándose no solo en adultos, sino también en los niños, el motivo principal, los malos hábitos alimenticios, el auge de la comida chatarra.

Para que la vida tanto de los niños como de los adultos sea la mejor se debe comentar en la escuela y el trabajo del padecimiento de esta enfermedad. La finalidad de este acto no es asustar al resto de sus compañeros, sino indicarles el por qué usted no come ciertos alimentos y la solicitud de que ellos colaboren para que su vida se desarrolle sin dificultad.

Además, los médicos de las instituciones educativas como de las oficinas sabrán cómo actuar en el caso de algún problema de salud.

Además.

La diabetes puede traer consigo otro tipo de complicaciones con la salud como la hipertensión o enfermedades del corazón.

Cada condición tiene su propia medicación. Una de las más pequeñas formas de mantener su salud es cumplir con lo establecido en los medicamentos, de acuerdo a lo recetado por el médico.

Si usted padece diabetes recuerde hacerse controles frecuentes de manera que su médico regule su estado de salud, además chequéese la vista, pues otro de los problemas que puede acarrear esta enfermedad es la deficiencia ocular.

El diabético debe tomar en cuenta que su enfermedad puede ser heredada por cualquiera de sus descendientes, por lo que se hace necesario que hable con ellos y les informe de los problemas de la diabetes y las precauciones que deben tener ante esta enfermedad.

Fuente foto: Victoria 840/Nexocorp

Fuente texto: Hospital Clínica Metropolitana.


domingo, 17 de enero de 2010

La obesidad infantil


La obesidad se ha convertido en una enfermedad pandémica a nivel mundial, así como en un desastre biológico, psicológico y social. El problema ha alcanzado niveles alarmantes tanto en países industrializados como en aquellos que no lo están.

Indiscriminatoria.

El problema no solo se presenta en adultos, sino que cada día son más niños y adolescentes las víctimas de este mal. La obesidad puede definirse como un exceso de grasa que condiciona la salud de la persona. Este exceso de grasa se produce cuando la cantidad de energía que se ingiere con los alimentos es superior a la que se gasta, y este exceso de energías se transforma en grasas.

El sobrepeso en los niños.

Los niños con sobrepeso están en situación de riesgo de padecer graves problemas de salud, como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial y niveles de colesterol altos, problemas que antes se consideraban exclusivos de los adultos.

Además, estos niños son más propensos a tener baja autoestima debido a las burlas, el acoso y el rechazo por parte de otros niños. A menudo son los últimos en ser elegidos como compañeros de juego, incluso en la etapa preescolar.

Los niños con sobrepeso tienen más probabilidades de desarrollar hábitos alimenticios poco saludables y de padecer trastornos de la conducta alimenticia, como la anorexia nerviosa y la bulimia. También son más propensos a deprimirse y a caer en conductas adictivas, como el abuso de sustancias, que los niños con peso promedio.

Como luchar contra la obesidad.

Una dieta balanceada ayuda mucho en la disminución de grasa corporal, unida al ejercicio diario. Si su niño ya tiene este problema ayúdelo haciendo que colabore en la elección y preparación de comidas saludables. No lo recompense por su buena conducta ofreciéndole golosinas o dulces. Impúlselo a realizar actividad física y acompáñelo en esta tarea y no le obligue a dejar el plato vacío.

Además.

Reduzca el tiempo que su hijo pasa delante del televisor, la computadora y los videojuegos y evite que coma mientras ve la televisión. Prepárele un amplio abanico de alimentos saludables y coman en familia siempre que sea posible. Trate de incluir cinco raciones de frutas y verduras al día en la dieta de su hijo, anime a su hijo a desayunar cada día. Insístele a probar diversas actividades.

No le obligue a practicar un deporte o actividad en concreto, ayúdele a encontrar una actividad que le guste y luego apóyelo en sus esfuerzos. Si los padres comen bien, hacen ejercicio regularmente e incorporan hábitos saludables en el estilo de vida de toda la familia, le proporcionará un buen ejemplo.

Háblele sobre la importancia de comer bien y realizar ejercicio, con naturalidad y convierta este tema en un asunto familiar. Transmita a su hijo el mensaje de que usted le quiere, independientemente de lo que pese, y que lo que desea es ayudarle a ser feliz.

Fuente foto: bebes mundo.

Fuente texto: nutrición y estética Onix.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Más kilos en Navidad



Turrones, bebidas y refrescos, dulces, grasas, frutos secos, salsas. Los excesos gastronómicos se convierten en un sobrepeso del cual es difícil deshacerse. Para festejar sin engordar y evitar que la Navidad te pese, puedes controlar lo que comes y bebes sin dejar de disfrutar de la mesa.

La clamidia, cada año, las comidas navideñas se convierten en una prueba de fuego, a menudo insuperable, no sólo para el aparato digestivo sino también para el peso corporal. Durante esos días, la mesa se convierte en la reina de las fiestas, la gran protagonista de los eventos familiares. ¡Y a veces es la madre de todos los excesos!

Durante unos días mágicos, se suceden las grandes comilonas en familia, las celebraciones en el trabajo, los picoteos dulces a cualquier hora e infinidad de copas extra, todo con el aderezo de una despensa rebosante y un ambiente que invita a la inactividad. En una sola comida se ingiere la misma energía que aportan varias comidas normales: de 2.000 a 2.500 calorías o más.

Evitar los excesos descomunales, que repercuten en el estómago, la cabeza y la balanza, no sólo no está reñido con el brillo de las fiestas navideñas, sino que incluso puede hacerlas más agradables y que el nuevo año comience sin las usuales lamentaciones por lo mucho que se ha comido y bebido y, por lo tanto, engordado.

No parece el mejor momento para hablar de alimentación equilibrada, dietas hipocalóricas o disciplina gastronómica, pero hay una serie de sencillas medidas que permiten disfrutar de la mesa, sin sentirse culpable ni lamentarlo después.

Para ello es conveniente seguir los consejos de la médica nutricionista Silvia Villalba que dice que hay que buscar variantes de postres con frutas y suplantar los turrones comunes por los bajos en calorías. Hay que tener cuidado con las porciones, se puede probar un poco de todo siempre y cuando no se pase.

Antes de la comida es conveniente ingerir una colación de: fruta, yogurt o caldo desgrasado para tener mayor sensación de saciedad. Si se bebe, trate de tomar alcohol solo a la hora del brindis y durante la comida prefiera los jugos o sodas sin azúcar.

No abandone el ejercicio físico.

Lo primero que deben tener en cuenta es que hay que mantenerse activos. Usualmente durante esta época muchas personas disfrutan de vacaciones, lo que representa un tiempo ideal para realizar la actividad física de su preferencia. Es vital que durante esta época este consciente que no debe desmandarse en la comida y tratar de achicar sus platos. Aproveche cada oportunidad de poder caminar o realizar alguna otra tarea después de comer.

· No deje de entrenar. Si habitualmente visita el gimnasio o realiza algún tipo de deporte, no deje de practicarlo porque es Navidad. Todo lo contrario, debe aprovechar para entrenar ahora que hay poca gente y a la hora que mejor le convenga. Si tiene alguna tarde o día libre, combine las compras con alguna sesión de ejercicio.

· Rutina matutina. Si tiene a toda la familia en casa y le espera una larga jornada de cocina, niños, visitas, compras, etc., sería bueno levantarse temprano y realizar una buena caminata o una carrera antes de desayunar. El aire fresco y el ejercicio lo ayudarán a empezar el día cargado de energía, con buen humor y con el metabolismo quemando calorías desde primera hora. Si tiene una bicicleta fija o una trotadora, levántese 30 minutos más temprano, eso es todo lo que necesita.

· Aproveche el momento de las compras. Nunca se pasan tantas horas de compras como en Navidad. Esta es una buena oportunidad para caminar. Siempre acompañado de su inseparable botella de agua para ayudar a limpiar el cuerpo de las toxinas de la noche anterior.

· Paseo obligatorio. Después de comer mueva un poco el esqueleto y no se siente en el sofá a ver la televisión. Está claro que casi siempre en Navidad, terminamos comiendo de más y de lo que más engorda. Acompañado o solo, es aconsejable dar un buen paseo después de cada comida.

· Gimnasio en casa. Cuando tenga un rato libre en su hogar, puede hacer algunos abdominales, flexiones de brazos, ejercicios de piernas y estiramiento. Todo disfrutando de su programa o música favorita.

· No deje de comer. No se trata de dejar de disfrutar de las delicias culinarias que caracterizan esta época tan especial. Por ejemplo: si siente que comió o bebió de más la noche anterior, al día siguiente debe ser fuerte y evitar cualquier tipo de ingesta con muchas calorías. Incluya mucho líquido.

· Recetas saludables. Hay muchas formas de modificar esa receta que tanto le gusta. Utilice productos bajos en azúcar y en grasa.

· Vacaciones activas. Si tiene unos días de vacaciones, es fundamental aprovecharlos para descansar y hacer deporte, sobre todo si normalmente no tiene mucho tiempo.


Además.

El alcohol es otro producto que en estas fechas se toma de forma incorrecta. Recuerde que además de borracheras, resacas y malestar digestivo, las bebidas alcohólicas contienen abundantes “calorías vacías”, es decir que aportan energía pero no nutren, las cuales se transforman en grasa corporal, y pueden agregar “rollitos” a nuestra anatomía.

Evite el hambre atrasada.

Intente llegar al banquete festivo con un apetito moderado. Para ello lo más recomendable es hacer un desayuno ligero pero completo. Es importante tomar en cuenta evitar llegar en ayunas, trate de comer algo antes para que la sensación de hambre no sea tanta, al momento de ingerir dulces trate de que sea en poca cantidad, recuerde que el secreto está en equilibrarse.

Fuente foto: navidad nutrición/doctor nutrición.

Fuente texto: nutrición y estética Onix.